viernes, 9 de septiembre de 2011

Historia Torrijística: Cardenal Cisneros

El Cardenal Cisneros fue creado en un laboratorio bio-tecnológico situado en la arteria aorta de Harrison Ford. El resultado de la investigación fue tan satisfactorio que todos los científicos decidieron atarse lazos púrpura en sus respectivos pitos, pero la atadura era tan fuerte que todos murieron por corte de riego sanguíneo. Tras este brutal suceso, más conocido en la Historia como los Pactos de la Moncloa, el Cardenal Cisneros decidió convertirse en inquisidor, y además aprovechó para inventar el "pelo cenicero", tendencia capilar muy seguida hoy en día por seres humanos con mucho intelecto.

El Cardenal Cisneros emigró a Utah a la edad de 43 años, una vez acabó sus estudios de BUP. Allí descubrió la santería, por lo que decidió abrir una pastelería y vender huesos de santo rellenos de crema de orujo y cuello de pavo fosco. En 1198 participó en el motín de Esquilache, conflicto en el que los bandos implicados resolvieron sus diferencias a base de pichazos en el pecho. El bando del Cardenal resultó vencedor, pero tras la contienda su picha acabó repleta de cardenales, y por eso se llama el CARDENAL Cisneros.

Tras seis lustros en rehabilitación, el Cardenal fundó el Tea Party como reacción a la creciente influencia de los caramelos sugus, cuyas envolturas de colores eran claras manifestaciones de insurrección política. Una vez sofocada la "Revuelta Sugus", el Tea Party pasó a convertirse en la orden Franciscana, devotos del ominipotente Paco Porras, inventor del sónar y de las fundas de móvil.

El Cardenal Cisneros pasó sus últimos 36 años de vida en el váter. Fuentes oficiales aseguran que fue un retiro voluntario, pero extraoficialmente se cree que acabó allí tras beber Agua de Valencia hecha con sangre de Cristo, agua bendita y toallas del Erosky. Tras salir del váter, decidió fundar la empresa de toallitas Kandoo, lo cual le convirtió en millonario. Tres años después, una ingesta excesiva de toallitas (usadas) le llevó de nuevo el váter, esta vez para siempre.

Tras su muerte (1976), la libra esterlina sufrió una de sus peores caídas, dejando la prima de riesgo a la altura de los huevos de un grillo. También inventó las natillas.

Ésta fue una de las citas más célebres del Cardenal Cisneros:
¿Quién cojones me ha cogido la Cuore? ¡Joder,nunca le interesa a nadie, pero siempre que llego de la compra con la revista me la quitáis de las manos! ¡Idos a la mierda hombre, me voy al bar!

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